Está claro que tu propiedad no es solo una estructura de ladrillos y cemento ¿verdad?
Dejar una propiedad en herencia es un legado.
Algo que probablemente quieras dejar en herencia a tus hijos con la esperanza de que les brinde estabilidad, seguridad y un pedazo de la historia familiar. Pero aquí está la pregunta que muchos propietarios nunca se plantean antes de hacerlo:
¿Hacer eso es realmente el mejor regalo o podría convertirse en una carga no deseada?
Que conste que no estamos cuestionando el hecho de heredar ni de si eso es mejor o peor.
Pero te invito simplemente a pensarlo de esta manera por un momento:
La verdad es que muchas veces, los hijos no sienten el mismo apego hacia la propiedad que sus padres. Puede que no quieran asumir las responsabilidades, los riesgos financieros y el peso emocional que conlleva ser dueño de un inmueble.
El desapego emocional: tu Sueño, no el de ellos
Como padres, solemos asumir que lo que significa el mundo para nosotros tendrá el mismo valor para nuestros hijos.
Y eso es algo totalmente natural y comprensible.
Pero aquí está la realidad:
Ellos no construyeron los recuerdos en ese edificio de la misma manera que tú lo hiciste. Para ellos es solo un activo en el mejor de los casos… o una gran losa innecesaria en sus espaldas en el peor.
Lo que quiero decir es que están enfocados en sus propias vidas, carreras y metas. El apego emocional que sientes por la propiedad —el orgullo, la nostalgia— quizás no se traduzca para ellos de la misma manera.
Esa desconexión emocional puede generar una visión más práctica y empresarial hacia el edificio.
Si no están emocionalmente comprometidos, verán la propiedad por lo que realmente es: una responsabilidad, una posible carga financiera y un activo que quizá no encaje con sus planes a largo plazo.
Puede que no estén dispuestos a dedicarle la energía necesaria para mantenerla o gestionar inquilinos.
Y eso puede llevar a largo plazo a que la propiedad acabe descuidada.
Ser propietario no es poca cosa, lo sabes mejor que nadie
Hay que gestionar inquilinos, resolver problemas de mantenimiento, pagar impuestos, cumplir con todas las normativas legales y puede que incluso verse metidos en conflictos con el resto de propietarios y familiares.
Es un rol exigente que requiere tiempo, dedicación y conocimientos.
Entonces, pregúntate:
¿Realmente tus hijos quieren asumir esta responsabilidad? ¿Están preparados para ser dueños de una propiedad?
Si es así, felicidades.
Si no (o si no lo tienes claro) siempre es una buena idea poder hablar del tema con ellos en algún momento para conocer sus aspiraciones y necesidades, y saber si realmente se ven inmersos en esta aventura.
Esto es crucial porque los edificios que no son gestionados o mantenidos adecuadamente se deterioran con el tiempo.
Sin un propietario comprometido y dedicado, las reparaciones se retrasan, los inquilinos se quejan y el valor general de la propiedad disminuye. Comienza a perder su brillo, tanto financiera como emocionalmente.
Las consecuencias financieras de heredar
Ahora centrémonos en el aspecto económico por un momento.
Dejarles un edificio o propiedad en herencia a tus hijos puede sonar como una gran manera de asegurar su futuro, pero esa seguridad viene con obligaciones económicas.
Dado que ellos tendrán que asumir los costes de mantenimiento, reparaciones, impuestos, seguros y otros gastos asociados, pueden verse atrapados en una situación muy estresante.
¿Por qué vender podría ser la mejor opción?
Ahora imagina un escenario alternativo.
En lugar de dejarles un edificio que quizás no quieran o no sepan cómo manejar, vendes la propiedad y les dejas una herencia financiera.
Aquí tienes algunas razones de por qué esta opción tiene más sentido para muchas familias:
- Evitar conflictos familiares: Si hay varios herederos, dejarles una propiedad puede llevar a desacuerdos sobre qué hacer con ella. Algunos querrán vender, otros querrán conservarla, lo que puede llevar a fricciones e incluso a batallas legales. Vender la propiedad elimina la posibilidad de conflictos futuros y asegura que todos reciban su parte de manera equitativa.
- Libertad financiera: Al vender la propiedad les das a tus hijos flexibilidad. Les proporcionas los recursos financieros para darles más estabilidad y que puedan perseguir sus propios sueños. Ya sea que quieran invertir en sus propios proyectos, pagar deudas o comprar su propia casa, el dinero de la venta les da la libertad de elegir su propio camino.
- No hay complicaciones: A diferencia de la propiedad, una herencia financiera no viene con costes de mantenimiento, problemas con inquilinos o responsabilidades legales. Es una herencia limpia que permite a los familiares enfocarse en sus vidas sin un peso añadido.
- Más valor: Vender la propiedad te permite asegurarte de obtener el mejor valor por ella, en lugar de dejarla en otras manos, sin saber si podría depreciarse debido a la falta de cuidado.
Con todo esto, espero haberte ayudado al menos a replantearte la creencia común de que dejar una propiedad en herencia es la mejor opción.
Y si en algún momento llegas a considerar esta opción en serio...
En Afflux Property nos especializamos en ayudar a propietarios como tú a tomar decisiones bien informadas sobre sus propiedades, sobre todo si con ello les ayudamos a solucionar algún problema que puedan estar teniendo a causa del edificio.